Pino piñonero singular en el Rabal de Zaragoza

Este enorme pino piñonero de Zaragoza, en el barrio del Rabal, es un ejemplar que forma un conjunto singular que se cuida de forma especial desde el Ayuntamiento de la ciudad por su tamaño pero también por formar parte del barrio desde años pretéritos, cuando todo esto eran pocas casas y campos de labor a su alrededor. En el año 1998 se puso una placa de reconocimiento al trabajo de los vecinos de la zona, que lograron salvarlo de la tala, tras numerosas quejas, el ser unos ejemplares que se encontraban en medio de lo que iba a ser una gran avenida. Al final lograron que dicha avenida se dividiera en dos para abrazar la zona verde y salvar al pino. Se calcula que tiene una edad de más de 100 años según atestiguan algunos vecinos de mucha edad, y su altura es de unos 18 metros, con una copa en redondo de unos 20 metros de diámetro.

La plaza Sarajevo de Zaragoza se quedó sin su "Equilibrista"

La Glorieta de la Ciudad de Sarajevo en Zaragoza es una pequeña plaza que cumple una función esencial para los niños del barrio de Montemolín, pues es un simple contenedor de juegos infantiles con unos pocos ejemplares grandes de árboles de sombra, que sirven para la tranquilidad de la zona y para poner una mancha verde aunque pequeña en una zona entre el parque de Torre Ramona y la más grande plaza Utrillas. El clásico espacio verde de proximidad para servicio de unas pocas calles.

Como siempre, falta limpieza y mantenimiento, y ha saltado a los medios en estas semanas por el robo de la escultura que en honor a los habitantes de la Ciudad de Sarajevo, se puso con la presencia de autoridades de la ciudad Bosnia.
En el año 2011, la Junta del Distrito de Las Fuentes puso una escultura en la Plaza Sarajevo de la que ahora podemos ver los restos. La obra del Colectivo Pablo Serrano representaba: “La armonía, el complicado equilibrio entre el amor y el odio, la paz y la guerra, en una zona como los Balcanes". Pero ha sido destruida por unos vándalos, posiblemente para vender ya fundido el bronce de su construcción. Era una figura humana desnuda y con los brazos en cruz, que se sustentaba como podemos ver sobre un raíl de tren de 65 centímetros de largo y que recibía el nombre de El equilibrista.

Un jardín de caza, para NO cazar

Esta imagen nos muestra esos primitivos parques particulares de las grandes familias europeas, que creaban para su deleite y descanso, aunque no se agotaran nunca de nada. Ellos procuraban aun así, descansar del aburrimiento. Es un detalle de los alrededores del Palacio de Moritzburg en Alemania, un enorme pabellón de caza para que un Duque llamado Mauricio de Sajonia, pudiera cazar los animales que le soltaban sus criados en la zona y luego irse a descansar. Pero no voy a seguir criticando, sino a mostrar un ejemplo de zona verde que hoy en día sigue actual.

Árboles bien cuidados, envolviendo una enorme zona de agua a modo de lago, que siendo artificial parece natural. Animales decorando todo el entorno, y sensación de naturaleza que crece de forma natural, simplemente dejando que así sea, y dominando su crecimiento. Bancos y caminos de tierra compactada. Hoy es una zona de uso público, pero es también el ejemplo de lo que el ser humano necesita para su solaz. Naturaleza limpia, agua y vegetación, control del crecimiento para que haya armonía, animales sencillos para dar otro toque natural, algo de mobiliario urbano y silencio.

Han pasado casi 500 años desde que esta zona se inauguró con estos mismos conceptos, y siguen actuales las necesidades de los seres humanos con sus zonas verdes urbanas.

Mala poda, mala planificación de zonas verdes

Esta imagen nos muestra la clásica escena de un árbol caído en un parque lleno de gente, con el consiguiente peligro para las personas. Es el parque Tío Jorge, donde una escena similar supuso el fallecimiento de una joven mujer hace unos años. Si vemos la escena con calma notaremos dos clásicos errores que se mantienen en el tiempo sin atención por parte de los profesionales de jardinería.

A la derecha y junto a la recta columna que mantiene la señal de tráfico vemos el árbol al que se le ha desgajado una enorme rama. Está inclinado. Bastante inclinado. La enorme rama que ha caído, está podrida como se puede ver y vacía en su interior. Nadie la ha detectado. Pero si nos fijamos en el árbol que está a su lado, lo vemos excesivamente espigado. Anormalmente desarrollado como sucede en cientos de ellos en Zaragoza.

El motivo es la mala poda de estos árboles durante muchos años. Se cortan las ramas bajas y se les deja crecer sin control hacia arriba, en zonas llenas de otros árboles y eso les lleva a buscar el sol desesperadamente. Este sistema está bien en campos donde los plátaneros y otros tipos de árboles similares se plantan para hacer madera. Pero no, nunca, en zonas de esparcimiento donde se busca la sombra y la belleza. En la mayoría de las ciudades españolas, este tipo de árbol, el plátano de sombra o similar, se poda en la copas cuando son pequeños, para lograr árboles más horizontales, y nunca tan verticales. Más todavía si están plantados en ciudades con un fuerte viento racheado como en Zaragoza.

Coste de mantener las zonas verdes, en las grandes ciudades

Las zonas verdes públicas, sean parques o plazas de un tamaño considerable y dedicadas a la tranquilidad y al reposo por tener zonas verdes utilizadas, necesitan un mantenimiento constante, una limpieza y un cuidado. Incluso una seguridad. Por eso es necesario dotar en los presupuestos municipales con partidas específicas para su cuidado.

En las ciudades españolas, el gasto medio de mantenimiento y cuidado de las zonas verdes se mueve sobre el 2,5% de su presupuesto municipal. Aunque las ciudades con mejores zonas verdes tienen que dedicar más porcentaje de su presupuesto a ellas, como es el caso de Pamplona, una de las consideradas mejores ciudades en zonas verdes, que dedica el 3,7%. Por encima de esa media está Madrid con un 3,4% o Valencia con un 4%. Por debajo ciudades como Zaragoza con un 2,2%, Bilbao con un 1,8%, A Coruña con un 2,2% o San Sebastián con un 1,3%. En algunos de estos casos es el volumen de zona verde en relación a sus ingresos y gastos lo que determina el porcentaje. Zaragoza suele dedicar en su presupuestos y de forma directa unos 16 millones de euros para el cuidado y mantenimiento de sus zonas verdes.

Para la diabetes, huertos urbanos

En el barrio de Carabanchel, en Madrid, se dieron cuenta hace tiempo de que la naturaleza ayuda a curar. Pero no tomándosela, que sería la forma más conocida de usar lo natural, sino cuidándola, haciéndola crecer. 

En el Ambulatorio del Alto de Carabanchel tuvieron hace tres años la feliz idea de aprovechar una terraza del edificio para construir un huerto urbano, preparar 12 bancales para hortalizas pero no para los médicos o los enfermeros, sino para…, para los enfermos.

La idea es crear un huerto con fines terapéuticos para obesos diabéticos en el que participan 60 pacientes, la mitad sin utilizarlo pero estudiando su enfermedad para comparar con el resto, y los otros 30 cultivando el huerto y haciendo ejercicio, alimentándose más sano pues los productos se los llevan a su hogar, evitando las depresiones leves y realizando charlas y reuniones para compartir y hacer amistades. 

Una idea sencilla que tras su análisis final, habrá que ver si es posible exportarla a muchos más ambulatorios, para restar pastillas y añadir ejercicio y huertos urbanos. (La imagen es de El País Semanal)

Árboles mal podados en Zaragoza, que son troncos peligrosos

Estos ejemplos de una mala manipulación de la naturaleza en el urbanismo, se da en el barrio de La Jota de Zaragoza, por errores en la poda de los árboles. Pero existe no solo en muchas calles de este barrio, sino en otras zonas de la misma ciudad. Árboles que llegan a alcanzar hasta siete pisos de altura, buscando el sol que las calles estrechas no les dejan, y una equivocada poda de ramas, que por facilidad laboral siempre han quitado ramas bajas y nunca han podado las copas de los árboles. ¿Sirven para dar sombra? Pues si, es cierto, como empleando otros sistemas de poda y de ejemplo podemos poner a Burgos.
 
Paseo del Espolón, en el centro de Burgos. Es el mismo tipo de árbol
Estos ejemplares de plátanos de sombra crecen mucho por el tipo de suelo sobre el que se asientan. Zonas casi a nivel del río Ebro y de las que pueden lograr una gran humedad a poco que sus raíces perforan el subsuelo. Pero al final crean varios problemas tanto por el tipo de árbol como por el mal mantenimiento. Sus raíces más superficiales rompen las aceras, y son ejemplares peligrosos ante el cierzo o fuerte aire de la ciudad, pues en realidad son simples palos enormes y muy altos, con una copa arriba que los descompensa, que tienden a inclinarse. 

¿Solución? Muy mala, pues además, en caso de ser talados, dejan en el subsuelo toda una inmensa cantidad de raíces que impiden otras plantaciones en bastantes años después de la tala. O requieren un trabajo de limpieza carísimo. Además hay que tener en cuenta que las raíces se entremezclan con las tuberías del subsuelo, creando afecciones y averías.

Parque infantil, imposible en España

Voy a mostrar un pequeño parque urbano de la ciudad alemana de Friburgo. Es el ejemplo de que otro tipo de parques infantiles es posible, otro tipo de parques infantiles que en España NUNCA podrían construirse por las normas urbanísticas de seguridad. Pero que sin duda tienen unas calidades de uso realmente espléndidas para desarrollar a los niños. Veamos los motivos a los que me refiero.
Es un espacio en el centro de la ciudad, en medio de las calles céntricas y aprovechando lo que debió ser un huerto o un pequeño jardín privado de un edificio que ahora es público y que ha decidido aprovechar este espacio para un parque (casi) exclusivamente infantil.

Está en un pequeño alto, elevado unos dos metros sobre las calles. Cerrado totalmente, con puerta que hay que abrir para entrar. Hay escaleras y una rampa para personas con movilidad reducida. por si pudiéramos imaginar que es un lugar totalmente libre, que lo parece, hay un cartel en la entrada con un largo texto de normas para su uso, dirigidas a los adultos.

Dentro te encuentras una zona sombría, llena de árboles de sombra y sobre todo de todo tipo de juegos motivadores para niños, de lo más atrevidos. Piedras, tierra y rocas, maderas a diferentes alturas, troncos secos para subir o balancearse, etc. Este tipo de juegos “naturales” es imposible poner en España, donde terminamos envolviendo a los niños en algodones como si los niños de hace unas décadas, cuando jugábamos en la calle o el campo no hubiéramos sabido defendernos de árboles secos, piedras y rocas, campo y no baldosas antigolpes.

Hay bancos y zona para estar los padres, que según qué edad de niños, los dejan totalmente sueltos, pues saber que no se van a salir del recinto pues la puerta no la pueden abrir. En estos momentos una obra cercana ha cortado un trozo del recinto, que está vallado. Pero resulta curioso ese tipo de construcciones de grandes piezas de granito con esquinas, como en cualquier obra de las que jugábamos en la calle, y que el Ayuntamiento no tenga reparos en dedicarlo así, para parque infantil.

El Pilar de la Tolerancia, no funciona. Fallamos las personas

Esta imagen es un detector de ruidos, un “Pilar de la Tolerancia” instalado en una plaza de la ciudad alemana de Friburgo. Efectivamente podemos ver que algunos ya han demostrado su intolerancia contra la columna, intentando romperla. Tontos hay también en Alemania.

Está instalado en una plaza no muy grande del centro de la ciudad, en una zona residencial en la que han montado varios bares y cafeterías para controlar los ruidos. Su funcionamiento es muy sencillo. Por la noche ilumina la zona con luces verdes que se tornan rojas en cuanto se superan los 70 decibelios, una cifra que ya los vecinos consideran alta. Aunque el problema real no es el número que se programa para que cambie de color las luces de la plaza. El problema es el acoso que desde el primer día realizan los jóvenes contra la columna. Roturas, pintadas, pegatinas, incendios, líquidos contra la zona alta, etc. Pero también y cuando les da la real gana, aplausos y gritos hasta lograr que cambie de color de forma provocativa y como si de un juego se tratara. Es decir, ha sido peor el remedio que la enfermedad. Sólo la presencia policial ha logrado mermar los ruidos que afectan a los vecinos.

La idea puede parecer buena, es sin duda cara, pero sobre todo en incapaz si no hay educación cívica para aceptarla y respetarla por todos.

Parque Pradolongo en Madrid. España

El parque municipal de Pradolongo en Madrid es uno de los grandes parques de la capital de España pues tiene una superficie de 59,7 hectáreas organizadas en tres grandes ejes con unas medianas ajardinadas que confluyen en una gran plaza situada junto a un lago de 29.586 m² que envuelve una gran cantidad de paseos, fuentes ornamentales, instalaciones para hacer deportes, juegos infantiles, un kiosco de música o un canal artificial. 

Curiosamente le faltan fuentes de agua potable (2016) para beber. Tiene también un circuito de bicicletas y patines. El agua de riego es agua regenerada, para sus sostenibilidad.


Situado cerca de los barrios de Usera y Orcasitas, abundan los olmos, pinos y arces, fue inaugurado en el año 1983 por el alcalde Tierno Galván, quien consultó a los vecinos sobre el diseño y las necesidades del entorno, considerando aquella obra como la primera que se hizo en Madrid tras una consulta a los vecinos. El diseño del parque es muy moderno en su concepción, pero además está creado buscando una adaptación al terreno, con poca hierba que consume mucha agua, y con riegos por aspersión de agua reciclada para regar.

El parque infantil y sus varias zonas de juegos están cerradas para la seguridad de los niños. En el lago y los fines de semana, los vecinos juegan con barcos de radiocontrol. Tiene también un pequeño parque botánico, anterior al diseño definitivo del parque, con plantas autóctonas y olorosas en la mayoría de los casos.

En el parque se sitúa la Iglesia Rota, que es como se conoce a la iglesia Maris Stella (Estrella del Mar), situada al este del parque, detrás del Distrito de Usera y el cuartel de la policía municipal. Muy bombardeada durante la Guerra Civil quedó “rota” y por eso su nombre popular. Era una iglesia que se empleaba también como colegio para los niños de los trabajadores de los terratenientes ricos de la zona de Orcasitas, dirigido por familiares de José Antonio, fundador de la Falange.

Al estar dentro de unos barrios de trabajadores, es una zona poco visitada los días laborables, pero en cambio muy usado los fines de semana. El clásico parque de Distrito o de barrios, muy limpio y bien cuidado, que sorprende por su diseño y cuidado, y por el poco césped que tiene, para hacerlo más sostenible, pues se encuentra en un montículo suave en una zona seca.

 

Alergias del árbol plátano de sombra o platanero

Uno de los árboles que más abundan por las grandes ciudades es el plátanero o plátano de sombra o 'Platanus x hispanica' o 'Platanus x acerifolia' que es desde hace dos siglos el árbol más habitual en las calles de Barcelona, Zaragoza, Madrid o Valencia.

Esta variante de plátano de sombra es una especie que se viene plantando desde el siglo XVII en muchas ciudades de Europa: su rápido crecimiento y gran tamaño lo han convertido en una especie ideal para plantarla en grandes avenidas y calles anchas. Además es una de las especies con mayor potencial de absorción de CO2, regula la humedad y la temperatura, da sombra y amortigua el ruido, tolera las podas drásticas, la pavimentación cubriendo sus raíces y la contaminación atmosférica. Es también un árbol muy longevo y resistente a enfermedades y tratos irregulares, aguanta períodos de poco riego, es decir es un árbol sencillo y fácil, además de barato.

Pero tiene un gran problema que poco a poco estamos teniendo en cuenta en las ciudades que hemos llenado avenidas enteras, barrios enteros incluso, como en Zaragoza de este plátano de sombra o platanero. Da ALERGIA.

Es un árbol que en las semanas de finales marzo y principios de abril “explota” su polinización y según años afecta muy negativamente a cada vez más ciudadanos. Es verdad que hay años de más o menos incidencia, dependiendo del periodo de lluvias. Si en las semanas en que explosiona su polen coincide con días de lluvia o de mucha humedad, los efectos son mucho menores pues el polen permanece menos tiempo suspendido en el aire.

Las viviendas bajas o de mediana altura deben en estas semanas no abrir excesivamente las ventanas y no tender ropa al exterior, llevar gafas de sol si se sale a pasear o incluso mascarilla si el problema es grave, intentar no poner el aire acondicionado en casa, viajar con las ventanillas subidas, no barrer las terrazas y no estar cerca de zonas donde se esté limpiando la calle, dormir en esas semanas alejado de ventanas, etc. Se calcula que el 25% de las alergias son precisamente por este tipo de árbol.

En algunas ciudades, como Barcelona, se está tomando la decisión de no volver a plantar este tipo de árbol. O incluso de cortar algunos ejemplares si existen muchos en la zona y clarificar los espacios plantando otras especies. Incluso se analiza la posibilidad de que ciertas plantas o árboles plantados alrededor de los plátanos de sombra, sirvan para ayudar a controlar el excesivo polen del,plátano de sombra. No hay que olvidar que otros muchos árboles también producen alergias en las ciudades, aunque en menor importancia. Algunos tipos de cipreses, el laurel, la morera, el olivo, los álamos y olmos, los sauces o las encinas.

¿Por qué se caen los árboles en las ciudades?

Muchas veces vemos en las ciudades como se tienen que talar los árboles por el peligro de que se caigan, se tumben, y puedan caer peligrosamente sobre peatones. Y casi siempre que vemos un árbol con las raíces a flor de superficie en un parque o una zona verde urbana, advertimos del peligro que representa. Pero en realidad no es así, y el problema es otro, y por ello las solcuiones no son talar los árboles sino plantarlos con profesionalidad.

En la imagen vemos una serie de árboles en un camino muy transitado. Digo muy transitado por no decir en una zona donde todos los días pasan más de 1.000 personas, y que además tienen que estar esperando en este punto varios minutos para poder pasar al lugar donde se hacen casi todas las fotos del Castillo Neuschwanstein en Múnich. En la esquina inferior derecha podemos ver el asfalto de la zona periurbana donde están estos árboles.

El peligro depende primero del tipo de árbol y su particular forma de construir sus propias raíces. Y segundo de la calidad del suelo sobre el que se asientan los árboles en las ciudades y parques. Si en las ciudades plantamos los árboles jóvenes a poca profundidad y sobre un terreno con nulas capacidades para que las raíces profundicen, es inevitable que se caigan pues no son capaces de penetrar sobre el suelo para lograr estabilidad natural. Si elegimos especies de árboles sin tener en cuenta sus características de raices y profundidad para cada tipo de suelo, nos estaremos equivocando, aunque queden muy bonitos unos años.
 
Las lluvias si se plantan en pendiente, aunque sea ligera, hace que se laven las tierras, salgan las raíces de superficie y si debajo del ejemplar tenemos cemento y tuberías, el peligro de caer es real. Pero en la naturaleza los árboles saben profundizar sobre sus tierras lo que necesitan. Además de que cada árbol se ayuda de su compañero tanto ante el viento fuerte como en el entrelazado de las raices.

Banco de parque con tres consejos

En las plazas y parques públicos de muchas ciudades, los propios ciudadanos pueden apadrinar un banco de los parques por una pequeña cantidad de dinero, y poner una chapita con lo que ellos deseen. Su nombre, un poema o un consejo. En este banco del Parque Inglés de Munich un matrimonio por el décimo aniversario de su boda, nos han dejado tres consejos.

Never kiss on the first date.
Send flowers for no reason.
Always offer to pay for dinner.

Nunca des un beso en la primera cita.
Envia flores a tu amor sin ningún motivo.
Siempre debes ofrecerte a pagar la cena.

Patio familiar exterior en Granada, tipo andaluz

Los patios árabes siempre estaban encerrados en el centro de la vivienda, como un secreto de intimidad para uso familiar y de las amistades. Tras la salida de los árabes de España, sobre todo en Andalucía, se produjeron dos actuaciones urbanas aprovechando este lujo de tener un jardín privado dentro de la casa. Por una parte se abrieron ventanas a las calles o se pusieron puertas rectas, para que se viera el gozo de los patios desde el exterior.

Y por otra y tras algunas modificaciones en las calles —pues los árabes tenían la mala costumbre de ir tomando poco a poco espacios públicos de calle para hacerlos privados— quedaron al aire libre y a la vista de todos algunos jardines interiores modificados. 

Y otros vecinos aprovecharon la buena idea de tener unos metros de terreno natural en tu propia vivienda, para crear edificios personales de baja altura con jardines en la trasera donde reencontrarse con la naturaleza, con las flores o incluso con un pequeño huerto. Este patio exterior que vemos como ejemplo es de Granada.

Elementos comunes en los jardines árabes

Patio andaluz en Granada
En España bebemos mucho de los siglos en los que los árabes estuvieron entre nosotros. Lo llevamos en la sangre todavía, aunque vivamos en el norte. La forma que tenían de crearse tranquilidad es un ejemplo de aprovechamiento de sus posibilidades, que no siempre eran muchas.

Los jardines árabes siempre se mueven sobre unos pocos parámetros repetitivos, pues funcionan muy bien. Lugares o patios cerrados en el interior de sus casas, sin el barullo de la calle. Con el agua como elemento de refrigeración para crear micro clima pero también para que sonara como música tranquilizadora. Y aromas, muchos aromas y colores a través de flores que fueran capaces de crear contrastes, de modificar lo estático que pueden ser el ladrillo, las cerámicas, las fuentes y los setos.

Había un elemento curioso al que no siempre prestamos atención, pues ahora ya no lo empleamos tanto. Los largos pasillos de cerámica o tierra, para simplemente pasear en pocas distancias, en pocos espacios, como contrapunto al banco o la cadiera para sentarse. Era una forma de hacer ejercicio y también de conversar con el acompañante o de meditar. Zonas de paseo en los pequeños espacios de sus jardines interiores, para cambiar la mirada entre las zonas de sus patios.

Englischer Garten o Jardín Inglés en la ciudad de Múnich

El Englischer Garten o Jardín Inglés de la ciudad de Múnich es una maravilla en pleno centro de la ciudad, muy utilizada por los muniqueses incluso en puro invierno. Diseñado en el año 1789, está situado en el nordesde de la ciudad junto al río Isar y su enorme extensión lo convierte en uno de los más grandes del mundo, un 30% más grande que el Central Park de New York.


Si bien su diseño inicial fue realizado por el americano Benjamín Thompson siguiendo modelos claramente ingleses, fueron luego paisajistas alemanes los que terminaron de diseñar este gran parque compuesto de múltiples facetas diferentes, sin apartarse de los clásicos jardines ingleses de la época.

Atravesado también por el canal Eisbach, se practican deportes en verano e invierno sobre sus agua, heladas como nos recuerda su propio nombre en los periodos de invierno. Su visita gratuita te permite pasar todo el día recorriendo parte de él, sus edificios, sus enormes zonas verdes, sus muchos caminos con un total de 78 kilómetros de ellos para pasear andando o en bicicleta, con una casa de Té japonesa o un templo de estilo griego más algunas cervecerías típicas más diseñadas para turistas que para los habitantes de Múnich.


Iglesias, lagunas, zonas para bañarse, muchos bancos para descansar promocionados por personas o empresas, muchos grupos de personas haciendo deporte los fines de semana, bicicletas, alquiler de hamacas, juegos infantiles, un enorme paraíso natural en el centro de la ciudad alemana de Múnich.


Y si deseas tomar el sol totalmente desnudo, es posible sin problemas, pues allí como en Berlín, un lema de la sociedad es “Vive, y deja vivir”. En esta imagen superior podemos ver a la derecha a un adulto tomando el sol junto al río, desnudo y descansado.
 
 

El lujo de tener el campo natural a 5 minutos, en Zaragoza

Que una gran ciudad, de más de 700.000 habitantes, tenga sotos de ribera, caminos totalmente naturales por donde pasear escuchando a los pájaros cantar, y a 5 minutos de los grandes edificios o a media hora andando tranquilamente del centro urbano, es un lujo que también los dirigentes de las ciudades, pero sobre todo las Asociaciones de Vecinos, saben cuidar.

No es fácil en las grandes ciudades poder escapar del ruido urbano y perderse en la naturaleza. Esta imagen es de las orillas del río Gállego en Zaragoza, del soto natural que existe junto a su desembocadura. ¿Qué necesita para poderse conservar bien? Muy poco cuidado y coste, la verdad. Simplemente limpieza de vez en cuando, para que los residuos de su uso no se acumulen. Al ser una zona poco visitada por gentes que puedan acudir a destrozar —pues no les llama la atención— sigue resultando unos espacios tranquilos, donde simplemente vigilando la seguridad y la limpieza, nos sirve para lograr vergeles naturales y aleatorios en plena gran ciudad.

Limpieza y seguridad. Pero a cambio, el lujo de tener el campo natural de un soto de ribera a cinco minutos de tu propio hogar.

Urbanismo verde muy sencillo, en ciudad francesa

Sobre un puente que cruza un canal francés en una ciudad mediana, ha colocado el Ayuntamiento unos maceteros hermosos que sirven para dos objetivos muy concretos. Embellecer la ciudad y sus pasos menos “bonitos”, y evitar accidentes por asomarse sin cuidado sobre el canal.

Si bien es una decisión de urbanismo de calidad, no en todas las ciudades se pueden dar soluciones de este tipo. Por desgracia en algunas ciudades estas plantas durarían muy poco en sus macetones. Incluso el gamberrismo las destrozaría sin alcanzar el uso excelente para las que se han colocado. Todos debemos aprender esa educación urbana de que existen soluciones de calidad para dignificar más las ciudades, pero no siempre somos capaces de cuidar y exigir su cuidado. A veces el silencio de los peatones es un apoyo a los gamberros.

Los niños no quieren jugar en la calle

En España el 49% de los niños españoles de entre 5 y 12 años, que son las edades en que más se necesita tener contacto con la calle y la naturaleza, pasan menos de una hora al día al aire libre. Además, de este 49%, un 11% juega menos de media hora diaria fuera de casa y un 5% no lo hace nunca según las conclusiones de un estudio realizado por la marca de detergentes Skip, tras analizar los hábitos de juego de los niños en España. Estamos hablando de unos dos millones de niños que su contacto con la naturaleza es inferior al necesario.

Curiosamente tenemos en España un tiempo atmosférico excelente para estar en la calle, y en países con grandes periodos de frío, los niños tanto en las escuelas como en su vida familiar, pasan más tiempo al aire libre que en España. El estudio añade que uno de los principales motivos que alegan los padres para este déficit de juego es la falta de tiempo que tienen para llevar a sus pequeños a jugar al aire libre. Curiosamente el mal clima y, en menor medida, la preferencia de los propios niños por jugar dentro de casa, son otras de las principales razones reflejadas en el informe.
                                       
Pero el 77% de los padres españoles admite que les gustaría que sus hijos jugasen y estuviesen más tiempo fuera de casa, mientras que el 51% opina que sus hijos no tienen las mismas oportunidades que ellos tuvieron para jugar al pasar tiempo al aire libre cuando eran niños, y admiten que el tiempo que pasan los niños frente a pantallas es una de las principales barreras para jugar al aire libre hoy en día.

El 84% de los padres encuestados afirman estar preocupados por el elevado impacto de la tecnología en el juego de sus hijos. De hecho, el 83% admite que sus hijos se niegan a jugar si no hay algún tipo de tecnología de por medio y el 81% afirma que los niños prefieren jugar a deportes virtuales en una pantalla que practicar deporte de verdad fuera de casa. Falta pues una educación que vuelva a poner en valor lo necesario para la salud.

Octubre, mes para plantar en el huerto urbano

Llega el otoño, llega octubre, y las personas que tienen pequeños huertos en campo o en terrazas, saben que es tiempo de siembra, de limpieza de plantas “viejas” y de renovación. ¿Qué podemos plantar en octubre? Pues “CocoPot” nos da la clave, pues ellos son expertos en semillas. En todas las ciudades tenemos también lugares donde comprar planteros. Animaros. Es muy sencillo.

Habas, judías en casi todas sus variables, legumbres, puerros, acelgas, lechugas de todos los colores, rabanitos y nabos, ajos, guisantes, borrajas, apio, espinacas, cebollas, zanahorias, coles de bruselas o de otro tipo, etc. 
Personalmente hoy he sembrado coles, acelgas y he preparado todo para espinacas. Todo en macetas. También perejil, todo hay que decirlo.