Parque Monumento a los judíos asesinados en Europa

El “Monumento a los judíos asesinados en Europa” —Denkmal für die ermordeten Juden Europas u Holocaust-Mahnmal o Monumento del holocausto— es un monumento que se encuentra en el centro de Berlín recordando a los más de seis millones de judíos asesinados en la II Guerra Mundial, víctimas del holocausto. Normalmente aquí hablamos de zonas verdes, pero en esta entrada quiero mostraros una zona gris, llena de cemento, pero que también es una zona de respeto, de paseo y tranquilidad crítica. Un parque para el recuerdo, un memorial artístico que juega con el espectador hasta atraparlo.

Sobre una gran plaza cercana a la Puerta de Brandemburgo y a uno de los parques de Berlín, en un espacio de unos 19.000 metros se han instalado 2.711 bloques de cemento a modo de estelas de hormigón, todas diferentes de altura o de inclinación, representando mucho más que un cementerio que te atrapa, en el que poco a poco y según vas entrando en sus calles, las losas van creciendo en altura, sin darnos cuenta, hasta sentirnos atrapados por ellas, con muy pocas posibilidades de ver el cielo, incluso la salida, representando a la violencia real, que va creciendo muy poco a poco, para que sin darnos cuenta, sin darle importancia, nos vaya atrapando hasta no podernos defender. 
 
En mitad del memorial la sensación de agobio es contundente, los bloques ya son los dueños de todo, las personas no somo nada, estorbamos incluso, buscamos la salida pues se han apoderado de nosotros. Hemos pasado de una altura de 0,2 metros de las losas primeras a los 4,80 metros de altura de los del centro del gran memorial, hasta quedar cubiertos por los bloques. No lo han logrado a vosta de aumentar los bloques de cemento en altura, sino de disminuir la altura del suelo, para que no nos demos cuenta de que la violencia, el horros, nos está envolviendo y se apodera de nuestras posibilidades de dominio de la situación.
 
Yo recomendaría entrar solo al Memorial, recorrerlo de punta a punta lentamente, y esperar a que las sensaciones y el ambiente de tristeza e indefensión, se apodere de cada uno de nosotros. Este monumento lo construyeron el arquitecto americano de origen judío Peter Eisenman y el ingeniero inglés Buro Happold.