15 barrios mundiales que debemos conocer antes de morir

El suplemento de El País para viajes y lugares por donde perderse buscando el ocio u otros mundos llamado El Viajero, nos presentó en 2016 un total de 15 barrios del mundo que deberíamos conocer. El mundo de los barrios es más interesante que el mundo de las ciudades, si ellos mismos han sabido conservar su personalidad, no se han dejado arrastrar por las modas y los cambios y siguen teniendo su propia personalidad.

Barrio Gótico de Barcelona
Hay muchas ciudades donde no existen barrios diferenciados del conjunto de su propia ciudad y eso deja a la localidad como huérfana de algo fundamental, pues se ha perdido su historia y sus diversas formas de ser. 

Cuando en Zaragoza se defendió profundamente al Tubo, o cuando todavía se añora la Torrenueva y su calle de comercios pequeños, simplemente se está trabajando sobre un urbanismo diferenciador e histórico, que se debe conservar y cuidar, cuando no mimar. El barrio Gótico y las Ramblas de Barcelona sería el ejemplo más cercano de bloque urbano sin el que la ciudad no se entendería ihual.

Veamos qué nos propone El Viajero sobre barrios fuera de nuestra España, y añadamos los motivos de cada barrio para estar en la lista.

El barrio de la Medina de la ciudad de Fez en Marruecos. Fès el-Bali son 9.400 calles árabes donde vuelas al siglo X. Un lugar para perderse en el tiempo. Para pasear con calma, mirando, fotografiando detalles y personas y oler.

La plaza de Djemaa el-Fna de la ciudad de Marraquech. Esta plaza es el centro del turista que busca como en Fez volver diez siglos hacia atrás. Es la entrada al zoco, el lugar donde uno se puede encontrar de todo, incluida una seguridad más que suficiente, para disfrutar. Al igual que el anterior, hay que ir despacio y mirar mucho.

El barrio Antiguo de Hanoi en Vietnam. Como en los dos anteriores casos, son barrios comerciales, típicos y antiguos, donde se compra y vende, se come y se bebe, se pasea lleno de contrastes franceses, vietnamitas, con olores que inundan todo.

La Habana Vieja en Cuba es de esos barrios que hay que visitar con urgencia, no vayan a cambiarla en cuanto entre el capitalismo con sus burgers. Ver a sus personas en el Malecón y disfrutar de lo que era y sigue siendo.

El barrio de Gamla Stan en un barrio céntrico de Estocolmo, y podría servir de ejemplo el de decenas de ciudades europeas, con plazas del medioevo llenas de edificios hermosos, museos, tiendas típicas y grandes espacios a los que llegan calles estrechas.

El barrio céntrico de la ciudad de Tallín en Estonia es como retroceder unos 500 años dentro de la historia de esa Europa que más nos parece un cuento de hadas que una ciudad real.

El barrio de Bryggen en la ciudad noruega de Bergen hay que visitarlo en el invierno crudo de la nieve y el hielo, para verle el encanto de los artistas y las casas recogidas.

El barrio de Gion en el Kioto japonés es de esos lugares que aparentan estar vacíos y cerrados, y en los que hay que pasear acompañado de un local, para descubrir los locales que aparentan estar cerrados.

El barrio de Ribeira en el Oporto ibérico es el típico lugar junto al agua del Duero, donde uno se pregunta si aquellas aguas, antes, han pasado de verdad por Soria. Lugar para disfrutar de buenos vinos.

La ciudad vieja de Quebec en Canadá es curiosamente una ciudad amurallada en el norte de América. Parece Europa, pero es América.

El barrio de El Bund en Shanghái dentro de la China que tanto sorprende a todos, nos muestra esa China que está renaciendo desde dentro del capitalismo abrazado sin dejar el comunismo de lado. Curiosa forma de crear la Tercera Vía.

El barrio de la Vieja Delhi en India vuelve a llenarnos de olores, colores y si nos acercamos, de sabores especiales y desconocidos. Callejas, bazares, tiendas diminutas, un mundo totalmente diferente.

La Ciudad Vieja de Rodas en Grecia es otro barrio medieval en la Europa vieja, donde hay que pasear tranquilamente en busca de sabores griegos en la comida pero también en la bebida.

Por último debemos recordar el barrio de la Alfama en Lisboa como un lugar perdido en el tiempo, donde de momento todavía es mejor ir dos parejas si uno quiere adentrarse por sus callejas, y saborear sus bares y sus fados para los amigos.