Vigo y su iluminación de Navidad, un éxito urbano

Es posible que desde las Olimpiadas de Barcelona no haya otro evento que haya reclamado más atención mediática por las simples y a veces humorísticas intervenciones de un Alcalde, como con el encendido navideño de Vigo. 

Millones de luces de Navidad han llevado a la ciudad de Vigo a la atención de medio mundo español…, y efectivamente, el resultado ha merecido la pena, la espera y el gasto también pues el resultado es muy bueno.

La ciudad de Vigo ha estado a la altura de lo anunciado y ha presentado una iluminación navideña a la altura de las grandes capitales europeas o incluso americanas. Y debemos advertir desde aquí, que sin saber de qué manera se han sufragado estos costes en el caso de Vigo, en todas las ciudades son gastos que casi siempre los aportan los comercios de las zonas donde se realizan, para potenciar el consumo y las visitas de personas. 

Podría ser que poner a Vigo en el calendario de Navidad haya salido muy barato a la propia ciudad, todo es cuestión de enterarse.

Recorridos a pie para la salud en Martorell

Este poste está repetido por las calles de Martorell en Barcelona e indican rutas para hacer recorridos andando por las inmediaciones de la localidad. Rutas urbanas que a veces son simplemente recorridos del urbanismo y otras se adentran por parques o zonas verdes muy cercanas a la ciudad.

Indican con diferentes colores la dirección de las rutas y la longitud de su recorrido, pintando en las aceras en los cruces con señales del color del recorrido, hacia dónde hay que dirigirse. Un ejercicio municipal para alentar a andar por la ciudad, buscando recorridos entretenidos y saludables. Situaciones parecidas he visto en Murcia y Pontevedra, pero estoy seguro que se van multiplicando por cada vez más ciudades. Pequeñas ayudas para potenciar el andar como un ejercicio físico básico, pero suficiente para personas de cierta edad.

Varias ciudades en una misma ciudad

Las ciudades de noche se llena de luz. Cambiamos el sol por los led para darle otros contrastes. Por eso hay siempre varias ciudades en una misma, no se parece nada una urba famosa o no, a las 10 de la mañana que a las 9 de la noche o a las 4 de la madrugada. Las ciudades son camaleones que ofrecen diversas pieles según las horas y los días. Por eso es tan interesante vivir en una gran ciudad, porque vives en varias grandes ciudades a la vez.

La imagen de arriba es de New York, pero podría ser Zaragoza, Sevilla o Londres. 

Dentro de esas varias ciudades que tiene cada ciudad en su interior, según los horarios cambian hacia una cosa o hacia otra cada ciudad con su propio deseo de cambiar de piel. 

A las 10 de la mañana casi todas las ciudades son iguales entre sí. A las 12 de la noche cada una de ellas saca su propia personalidad, canalla o tranquila.

No se conoce una ciudad hasta que no la has vivido en diversas horas muy diferentes.

Las bicicletas no son la única solución para las ciudades

Cuando hablamos de que la movilidad en las ciudades tiene su futuro en la bicicleta se nos olvida que es ya un sistema del pasado, con problemas en las ciudades que lo han desarrollado de forma masiva, y del que tenemos que aprender y mucho a no cometer los mismos errores. Eso no quiere decir que no sea mejor que el vehículo privado, que lo es o que su punto crítico de calidad urbana no esté todavía muy alejado del uso que se le da en ciudades españolas. Podemos y debemos crecer mucho en España en el uso de la bicicleta como vehículo privado, pero sabiendo en qué punto y por qué motivos, están escondidos los problemas.

Estas imágenes son de Amsterdam de esta primavera. El uso de la bicicleta había colapsado totalmente las zonas de aparcamiento, el uso de los carriles bici, relegando a los peatones a espacios estrechos y con una seria disfunción de respeto que había sido modélico en los años anteriores y que ya empezaba a crear conflictos. El modelo a copiar ya no es el holandés, pues queda muy claro, que antes de llegar a ese punto de uso, hay que buscar alternativas, como ellos están buscando.

Una de ellas y que ya afecta a España es que los vehículos personales puedan ser subidos al lugar de trabajo, a los trenes de cercanías y al hogar. Plegados y subidos como si fuera una maleta o un carro de compra. No es posible por falta de espacio, dejar tanto vehículo y en aumento aparcado en las calles. Sea gratis o pagando.

Hay que dejar de utilizar el vehículo a motor en las calles de las ciudades medianas o grandes, sobre todo en sus centros pacificados, para trayectos cortos, y donde exista el complemento de transporte público. Eso es hoy fundamental, aunque sin duda sea mal admitido por los ciudadanos vecinos de estas ciudades. Ya no caben más coches en la calle y llevamos años controlando sus usos. 

Y por eso es imprescindible buscar soluciones innovadoras para la movilidad personal. Se trabaja también en vehículos compartidos sin avanzar mucho. Y en carriles para vehículos pequeños de motor con velocidad restringida, que orillen a los carriles de vehículos a motor de altas prestaciones y velocidad. Estamos asistiendo a un cambio de paradigma que todavía no sabemos hasta dónde nos va a llevar. 


Madrid y Barcelona deben aprender a vivir con el turismo

Todas las ciudades tienen sus rincones típicos, que se mantienen casi artificialmente para no perder esa imagen lograda con los años, y que algunos turistas van buscando como estampas que guardan en la memoria. Ahora las ciudades pelean por no ser parques temáticos y es lógico. Las ciudades nacen para sus habitantes, pero como todos ellos tienen que vivir en sus ciudades y con o incluso “de” sus ciudades, no está de más conjugar la vitalidad económica de las mismas pues además de crear empleo, garantiza un futuro, siempre que sepamos gobernarlas bien.

Ese doble juego de tener habitantes reales en los centros de las ciudades debemos unirlo a que las ciudades tengan la personalidad que se espera de ellas. Sea esta la que sea. Y aprender a vivir precisamente de esa “marca” de ciudad que les ayuda a tener servicios y vitalidad. No querer esto es reconocer que no se sabe gobernar el problema, gestionar los nuevos tiempos de las ciudades. Muchos años llevan grandes ciudades viviendo de esa tematización de sus urbes. Léase New York, París, Roma o Londres por poner ejemplos que no tienen duda.