El urbanismo sucio de Madrid hecho por personas sucias

El urbanismo de la suciedad es una constante en estas décadas. Provocada por todos, pero no limpiada en lo necesario, por lo que se multiplican las malas imágenes. ¿Qué pensarán los turistas que vean Madrid así?

Hemos dejado atrás las calles llenas de barros al pasar a ciudades donde el asfalto ha cubierto las calles de tierra, pero parecemos seres que necesitan estar rodeados de mierda, de suciedad y a falta de barro por los suelos nos dedicamos a poner mierdas en las paredes. 

¿De verdad hay personas que incluso son humanas y necesitan estar rodeadas de suciedad para sentirse urbanas útiles?

La imagen es del centro de Madrid de 2019, pero curiosamente en el año 2023 estaba peor.

Un chicle tarda 5 años en desaparecer. ¿Cuánto cuesta limpiarlo?

En las aceras de las grandes ciudades pequeñas manchas multiplicadas por miles acotan las calles por culpa de todos nosotros, de los cochinos que no queremos saber que los chicles son un producto que se queda pegado en el suelo y cuesta mucho retirar.

Un chicle tarda en desaparecer cinco años. Este cartel en las calles de Madrid advierte, avisa. Y lo hace insistiendo porque no sabemos leer. No hemos aprendido a leer excepto lo que son insultos de redes. Lo que son consejos urbanos para la convivencia nos cuesta mucho más. Analfabeto urbano creo que se llama.

Limpiarlo del suelo con agua a presión y una máquina especial cuesta más que el precio que pagamos al comprarlo. ¿No deberíamos prohibirlos o exigir que se hagan con otros componentes?

¿Tierra quemada con el comercio de barrio de Zaragoza?

Paseaba ayer por una zona muy céntrica de Zaragoza, pero de estos barrios que siendo céntricos no lo son en su totalidad sino acaso por una calle muy importante o principal. Hablamos por ejemplo de algunas zonas aledañas a la Gran Vía zaragozana.

El número de locales cerrados, de tiendas que han ido desapareciendo en pocos años es brutal. Si nos paseamos por la zona de Miguel Servet nos encontramos con un paisaje muy similar. Decenas de locales cerrados y con carteles para intentar darles nueva vida, y soledad y abandono junto a la suciedad del no uso.

El comercio ofrece seguridad pasiva a las ciudades; que en la calle haya comercios supone que haya personas y que haya luz y por ello más seguridad. Pero las nuevas formas de comercios han cerrado la tradicional y además y lo que es peor, la han dotado de un futuro inseguro que casi no existe. El comercio por internet ha dado la última puntilla tras la aparición de los Grandes Centros Comerciales lúdicos.

Se defienden mejor las empresas o locales de servicios, que se multiplican hasta arañarse entre ellos los posibles clientes. Los locales comerciales caen a borbotones. 

¿Solución? 

Casi ninguna excepto modificar en España algunas leyes urbanas para permitir que los locales con ciertas características que puedan convertir en viviendas bajas, al menos para dotar de vida ciertas zonas. Y para abaratar el precio de alquileres y venta de viviendas, por crecer en oferta.

Una calle de segunda línea no puede soportar eternamente locales vacíos que se tienden a convertir en espacios molestos. La solución de convertirlos en loft o en viviendas “diferentes” es la más lógica, hasta que encontremos otra distinta, según se vaya transformado el comercio global. O definitiva si lo que hoy nos parece ya imparable, la forma de comprar cambia definitivamente.