Miles de años haciendo pintadas en las paredes


Desde hace miles de años hemos ido utilizando las paredes de las ciudades para ir dejando mensajes, publicidades, gritos, desacuerdos o lemas políticos. 

Los habitantes de esta nuestra humanidad, hace ya más de 45.000 años que llevamos pintando paredes con signos, representando nuestras manos, o dibujando animales.

Los romanos y griegos también hacían pintadas en sus calles. En Pompeya, hace casi 2.000 años se han contabilizado hasta la fecha más de 10.000 frases o palabras hechas sobre las calles de su ciudad. 

Ni es nuevo ni hemos cambiado tanto como creemos.

No todo es negativo en Zaragoza. Seamos positivos


La suciedad en las calles de las grandes ciudades es muchas veces excesiva, se da sobre todo en las grandes urbes. Aunque sean ciudades con nombre, a las que consideramos importantes. No hemos sabido hacer bien el trabajo de limpiar y el de no ensuciar. 

Esta papelera es de Berlín, de una de las calles más visitadas de la ciudad por los turistas. Es urbanismo cochino.

Se vacía regularmente, y es verdad que no en todos los casos es así, pero esta en concreto estaba vacía. Aunque si observamos el suelo, la cosa cambia. la suciedad urbana es insoportable. Si vemos los pilotes de separación de acera y calzada, vemos lo mismo.

Esto es Berlín, sucede algo similar en New York. 

Nuestros barrios en por ejemplo Zaragoza (España) están muchísimo más limpios, posiblemente por el sistema que tenemos en España de división de las grandes ciudades en Distritos con sus propios procesos de participación y gobierno urbano.

A los niños en Alemania se les quiere menos que en España?


En España estamos en los últimos años dentro de la super protección a nuestros hijos. Todo movido por algunas denuncias y sentencias, que cuando un niño sufre un accidente en un jugo infantil, algunas familias tienden a denunciar a los Ayuntamientos como responsables.

Eso se intenta evitar con juegos infantiles muy estudiados, blandos, con suelos acolchados, con cantos en redondo, y en donde si es posible, no haya ni rasguños. Bien, diríamos que ese sistema es así, y punto.

Pero no en todos los países europeos es como en España.

Este juego infantil es de Alemania, sería un juego infantil imposible de lograr los permisos en España. Es como que los alemanes no quieren cuidar tanto a  sus niños. ¿De verdad es por eso?

Super proteger es negativo, y se sabe e incluso se dice. Pero nadie quiere tener responsabilidades impuestas o añadidas por sentencias judiciales. Así que se opta por lo sencillo. Pocos juegos y muy estudiados, aunque sean aburridos y todos iguales.

Se acabaron los tiempos en los que los niños jugábamos en la calle, nos hacíamos raspazos o incluso heridas, y simplemente era una experiencia más. 

Subirse a un árbol está prohibido, coger caracoles está prohibido, jugar en la calle es aburrido pero nos quejamos de que siempre estén unidos a un teléfono móvil. Pero las calles están llenas de decenas de otros peligros mayores, y allí no somos capaces de actuar, de resolver, de evitar.

El urbanismo de las ciudades también se destruye con facilidad


Cuando hablamos de urbanismo de ciudad, siempre pensamos en ideas para mejorar ese urbanismo, la vida de los ciudadanos que viven dentro de esas localidades. Hablamos de parques, de zonas comunes, de ocio o tráfico, de cultura.

Pero las ciudades también son objetivo de las guerras. 

Las ciudades también son desde hace siglos un espacio en donde como viven personas, más sufrimiento se puede infligir al enemigo.

Por eso destrozar ciudades y su urbanismo es objetivos de ejércitos, de sociedades en guerra. Aunque suene a barbaridad que los objetivos no sean pelearse en el campo, sino en las ciudades, destrozando ciudades, matando a inocentes que viven en las ciudades.

La imagen es de Gaza de este 2024 pero podría ser cualquier ciudad de Ucrania o de Siria en 2023. Hay tantos ejemplos que damos miedo.


Poblado del castro de Coaña en Asturias de hace 2.400 años

Estas imágenes nos muestra una vivienda del Castro de Coaña en Asturias y el posible plano de la ciudad, un población de origen celta que desde el siglo IV antes de nuestra era y durante cinco siglos, tuvo una vida activa, tanto con calles y viviendas, como con edificios públicos, termas, y zonas de uso común.

En realidad se puede ver una pequeña parte de lo que debió ocupar todo el poblado, pues la inmensa mayoría sigue sin poderse descubrir por falta de presupuesto. 

Y aun así son cerca de 80 pequeñas viviendas las que podemos contemplar, circulares en su mayoría, y con una entrada también circular que les servía para defenderse mejor de las inclemencias del tiempo y para emplear como almacén de madera y zona de horno fuera de lo que era el hogar, donde ponían un fuego con brasas en el centro y zonas de descanso alrededor y junto a las paredes.

El poblado que tenía al menos una muralla perimetral, podría haber acogido a un total de unas 2.000 personas, entre el núcleo central y los edificios que dependían de él y se encontraban cercanos.

Además de la muralla, existe una zona de entrada con unas pequeñas torres que servían de control y una diferenciación clara entre lo que era calzada y lo que se había diseñado como acera para los peatones. 

En el centro del poblado y como presidiendo todo él, sigue existiendo una atalaya plana y cuadrada, a modo de espacio multifuncional, que bien podría ser el marcado, el foro y/o una zona de culto pagano desde el que dirigirse hacia el cielo.

Nota.: Las imágenes de los dibujos son copias fotográficas de diversas imágenes del propio Museo de Coaña que acompaña la visita.