Esta escultura urbana es un monumento al maestro que se encuentra en la ciudad de Palencia (España) en el centro de la ciudad, para recordar el inmenso trabajo que en las zonas rurales hicieron cientos de maestras y maestros casi sin nombre que se dedicaron a enseñar a leer y escribir a los niños de los pueblos, casi sin medios, con absoluta abnegación, en contra muchas veces de los propios padres de los niños a los que no siempre dejaban con facilidad acudir a la escuela.
Esta obra del escultor Rafael Cordero, se montó en el año 2003 en la plaza de la Inmaculada de Palencia. Es un sencillo homenaje a una profesión que desde principios del siglo XX creyeron sobre todo en el futuro de la sociedad española.