Alegrar y decorar el urbanismo de las ciudades es trabajo de los ayuntamiento de cada localidad pues las ciudades deben trabajar por ser agradables en su mobiliario urbano, como lo somos cada uno de nosotros en nuestros hogares. Una ciudad que cuida su propia decoración es una ciudad más amable, más cuidada y produce el efecto entre sus habitantes de que se cuide más su propio mobiliario público. Idiotas siempre hay en todas las ciudades.
Decorar bien y con gusto una ciudad no tiene que ser más caro que acudir al aburrimiento, al gris, a lo habitual. No es fácil salirse de lo aburrido si no se es capaz de sentar unas bases muy claras en los concursos oficiales para el mobiliario urbano, pero hay que intentarlo de entrada, y hay que exigirlo poco a poco.
Este caso que vemos arriba en la imagen es la ciudad de Murcia. Una clásica parada de bus urbano con color y diseño, que encaja muy bien con los verdes de sus zonas aledañas al río y ofrecen un toque de color que se agradece.