La ciudad de los 15 minutos, la ciudad amable


Curiosamente volvemos a plantearnos en España el concepto de "Ciudad de los 15 minutos" algo que algunos ya empezamos a analizar y estudiar hace más de una década, simplemente observando lo que ya funcionaba muy bien en otras ciudades madianas y grandes, y aplicando conceptos de sostenibilidad y urbanismo amable que venían de hace al menos un siglo. Lo malo de estas ideas es que se nos conviertan en modas y no en modos de trabajo.

La "Ciudad de los 15 minutos" es muy sencilla de explicar. Simplemente se trata de diseñar o rectificar, modificar o impulsar que ningún ciudadano, vecino de una gran ciudad tenga que desplazarse más de 15 minutos andando o en bicicleta a cualquier servicio imprescindible para una calidad de vida. 

Se trata de evitar desplazamientos en coche, de crear sostenibilidad y menos contaminación, de optimizar recursos y saber planificarlos. Es decir, ganar en calidad de vida. Ya funciona en París, Copenhague, New York o se está empezando a trabajar en Barcelona.

Con la pandemia nos hemos encontrado con una nueva realidad. Durante semanas no nos pudimos mover de nuestro entorno más próximo. Lo máximo que podíamos movernos era un kilómetro. Y descubrimos que a nuestro alrededor había elementos casi suficientes para vivir en calidad. Descubrimos comercios, amabilidad, servicios, zonas verdes. Sabíamos que existían, pero nunca nos parábamos para usarlas.




Las ciudades son de las personas. Y durante décadas pensamos que eran de los coches. 

Ese concepto hay que modificarlo y sabemos que costará, pero es inevitable si queremos convivir en calidad de vida. 

Quien quiera depender del coche, se puede ir a vivir al extraradio, pero quien viva dentro de las ciudades grandes debe admitir que es mucho mejor moverse en bicicleta o andando, en transporte urbano público que en coche particular.

Las ciudades deben tener comercio de proximidad, servicios públicos de todo tipo aunque no sean macro centros, deben tener zonas verdes propias y una red de transportes urbanos que los puedan mover si fuera necesario entre otros/todos los barrios de su ciudad. 

Y si un servicio público importante no tiene relación fácil con los barrios a los que tiene que dar servicio, hay que potenciar el diseño de esos sistemas de transporte público. Por ejemplo hospitales.

Las Super Manzanas son un camino, no es el único, pero han sentado las bases de trabajo para dotar de espacios de calidad de convivencia dentro de los barrios poblados de las grandes ciudades. 

El precio del metro cuadrado de terreno en New York es mucho más elevado que en Zaragoza o Málaga. Si en la Ciudad de la Manzana han logrado crear espacios similares a las Super Manzanas, si ellos tienen un inmenso parque en el centro de la ciudad y nadie osa pensar siquiera en convertirlo en viviendas, no es fácil entender que esto mismo no sea fácil de hacer en ciudades españoles de tamaño medio.