Los riders no pueden mear en Madrid


Las ciudades hablan por nosotros, por todos pues aunque algunos detalles sean minoritarios, representan el momento, la decisión y el consentimiento de otros; el silencio también habla.

Este cartel es de Madrid, de una gran cafetería con parrilla en la que se amontonan a ciertas horas varios repartidores de forma constante. Son parte del negocio de la cafetería, de forma indirecta.

Sirve productos para clientes del local, a través de una empresa interpuesta. Pero no los quieren considerar ni clientes, ni trabajadores o colaboradores del local. Y si se mean, que vengan medos de casa, pero no pueden entrar.

¿Esto es humanismo? ¿Son relaciones laborales lógicas del siglo XXI? Lo seguro es que es Madrid, muy cerca de la Estación de Atocha.