La iglesia prerrománica o románico asturiano conocida como San Miguel de Lillo y dedicada a San Miguel Arcángel, fue mandada a edificar hacia el 842 por el rey Ramiro I en el Monte Naranco, en los alrededores de Oviedo, junto a otros edificios nobles de los que hoy solo queda Santa María del Naranco junto a este San Miguel de Lillo del que queda menos de la tercera parte de su edificación original.
Santa María del Naranco debía ser el edificio principal usado como palacio real, mientras que San Miguel del Lillo —del que vemos la imagen de la ventana— debía ser la iglesia, y distante unos metros del anterior como vemos en la imagen del plano. Se cree que alrededor de ambos, debía haber más edificios auxiliares, de los que no se conserva nada.
Todo el conjunto debía formar una especie de torre, de masía o de pazos, separados los diferentes edificios pero formando una unidad de uso. Como son edificios de familias muy adineradas o en este caso reales, la decoración exterior es rica y ostentosa, con edificios muy altos que sobresalen sobre los árboles de la zona.