¿Sabemos controlar los turismos masificados?


El turismo masificado es un problema si no se sabe gestionar bien, pues todas las ciudades, las grandes o las pequeñas, sufren en su tejido social lo que no es posible de entender o de explicar. Y es posible controlarlo, y no es solo cuestión de cobrar impuestos al turista, que sí puede pagarlo. Se trata de optimizar las ciudades y sus recorridos, para que no sean ciudades Parques de Atracciones. Y para eso hay que entender mucho de Urbanismo, de sociología, e incluso de economía.

Podría explicar lo visto en algunas ciudades históricas de Croacia, pero me viene a la mente Barcelona o incluso Madrid y Málaga y algunas de sus calles céntricas y emblemáticas, y detecto desde hace unos años que el problema se ha ido convirtiendo en grave.

Se aprovechan del turismo masificado grandes empresas que no son de la propia ciudad, que no son en muchos casos ni del propio país que soporta ese turismo poco inteligente. Recibimos las migajas, y callamos creyendo que es bueno. Pero no sabemos controlarlo bien.

La imagen de arriba es de Valencia. Contra los turismos masificados solicitan en los barrios históricos que haya más zonas y espacios de uso comunitario.

Barrios diferentes para toda la ciudad. El valor de las ciudades verdes


Podríamos preguntarnos, deberíamos preguntarnos, qué sucedería si cambiáramos una gran manzana de una ciudad grande, de ser un espacio lleno de cemento y sin nada de zonas verdes y árboles, a un modelo en donde primaran las zonas verdes y esa naturaleza urbana que somos capaces de entregarnos.

No es un modelo alternativo ni imposible, tampoco seríamos la primer ciudad de Europa, sabemos qué sucedería. Lo podemos observar en muchas otras ciudades.

Se iría llenando de comercios diferentes, de más paseantes y ciudadanos que acudirían en busca de lo diferente, a tomar conciencia de que rodeados de verde se puede ser más feliz.

Hay ejemplos en Barcelona. También en otras ciudades más pequeñas que saben vivir rodeadas de árboles como calidad de vida. Pero también en New York nos podemos encontrar enormes islas verdes. O en Londres, Berlín y Madrid. 

El verde bien diseñado ayuda a poner en valor todo lo que queda bajo su paraguas, y eso lo saben bien los urbanistas. Y los promotores urbanísticos. No se trata solo de plantar árboles en las aceras, el modelo es bien diferente. Se trata de crear islas verdes, parques infantiles, zona de jardinería diseñada, zonas peatonales, y un modelo comercial diferente que aúne servicios para más zonas que la propia en donde se asienta el espacio urbano.

Es tan simple como crear espacios urbanos en diversas zonas, que siendo diferentes den servicio diferente también a toda la ciudad con su propia personalidad.

Espacio natural y amable en Rumanía


Este es un restaurante en Rumanía, en una zona bella, natural, en donde han querido aprovechar las ventajas del lugar para recrear este edificio antiguo y convertirlo en una restaurante de la zona. Simplemente ponen en valor lo que muchos deseamos tener cerca. Zonas verdes. Agua en forma de ríos bien cuidados o de lagos o del mar.

Zonas para pasear, para tranquilizarnos, para la relajación y la concentración. El valor de estos espacios naturales, y ahora no hablo ya del restaurante sino de su entorno es tremendo pues es calidad de vida, y por ello es Salud. Que no se nos olvide que somos animales aunque seamos racionales, y necesitamos el contacto con la naturaleza.

Teoría de lo que debe ser un parque público urbano

Los parques urbanos son —con normalidad y casi siempre— unas zonas urbanas municipales para todos los ciudadanos de la localidad donde se asientan, también para sus visitantes, y sin duda para mejorar la calidad de vida de la propia ciudad. 

Son pues como concepto, unos espacios públicos y no privados, que se mantienen con los impuestos de la ciudad, que hay que cuidarlos constantemente, adaptarlos a los cambios, admitiendo que al estar vivos necesitan el cuidado regular, pues tanto viven, crecen y se transforman, como mueren. 

Y estos ciclos de vida urbana se suceden tanto en las individualidades de sus elementos, como el propio parque en sí mismo y en todos sus elementos.

Los parques son imprescindibles en todos los lugares donde se asientan y marcan uno de los parámetros de calidad de vida de las ciudades. 

Hay parques de ciudad, parques de barrio o distrito, parques periféricos, parques de circunvalación, lineales y anillos verdes, hay parques verticales, parques temáticos, parques que parecen una plaza y plazas que se convierten en parques.

Un parque es un elemento de planificación urbana esencial para lograr la calidad de vida y servicio de los ciudadanos que están cerca. e incluso la Salud Pasiva, la Salud Comunitaria.

Y como un parque es siempre un elemento caro en toda ciudad, es también por eso una construcción que hay que realizar con mimo y cuidado, atendiendo a las características de la ciudad sobre la que se asienta, a las necesidades de los ciudadanos que están alrededor de la zona donde se construye. 

Hay que intentar que tenga su propia personalidad, que sea original, se sustente y sea sostenible su cuidado, y que contenga un mobiliario urbano variado y compuesto por todos los elementos necesarios en un parque en atención a su tamaño y situación. 

Y cuando hablamos de mobiliario urbano en un parque no estamos hablando de bancos y papeleras, sino de muchisimo más, como sin duda son las fuentes, obras de arte, zonas de juegos infantiles y de mayores, rocas, zonas de deporte o pequeñas instalaciones para el descanso y el ocio, bares o servicios de WC.

Un parque —como iremos viendo— se compone de múltiples servicios y nunca debe ser un almacén de elementos naturales que viven por sí solos, sin arreglos, cuidados, mimos y constantes planificaciones. 

No basta con la limpieza, siendo este el error más común en el mantenimiento de los parques. Se necesita mucho más que realizar una constante limpieza y lo saben los poderes públicos, como saben que es caro comportarse con los parques como se debería. 

Es un lujo inaugurarlos, y un gran coste su constante mantenimiento. Por eso hay que valorar mucho y muy bien dónde, cómo y qué se debe actuar sobre un espacio público que se diseña como parque. 

Por ejemplo, a la hora de elegir el tipo de árboles, la colocación de los bancos o el mantenimiento del césped sin olvidarnos que hay bastantes tipos de hierba y en cada ciudad encaja mejor uno u otro.

Hay que hablar más y mucho de los parques, cercanos o lejanos, grandes y espléndidos ejemplos, pequeños y penosos. Hay que sacar conclusiones e ideas, y sobre todo hay que intentar divertirnos visitándolos o si no es posible, interesándonos por ellos desde la distancia. 

Alcantarillas mal colocadas. Arte Urbano de casualidad


El Arte Contemporáneo o Arte Moderno tiene que ver mucho con el Urbanismo, y así lo ha sabido recoger el usuario de Instagram @alcantarillamal en su página, recogiendo efectos que produce en el suelo las alcantarillas mal colocadas. 

Sin ninguna duda es Arte Visual, curioso y casual. 

Aunque la gran duda podría ser si los operarios que colocaron "mal" las tapas de alcantarillas lo hicieron por desgana o descuido, o si precisamente buscaban estos efectos artísticos, casi pictóricos. 

Ya, sabemos la respuesta, pero no está nada mal imaginarnos que nada es casualidad en la vida, tampoco en el urbanismo.


Urbanismo de Zaragoza, para animales urbanos


No todo el urbanismo y el mobiliario urbano que se crea en las ciudades es para las personas, pero sí para sus habitantes. Y en las ciudades además de personas conviven innumerables clases de animales de variadas especies. Importantes para la salud, incluso.

Algunos son dañinos, otros hay que controlarlos para que no abunden en exceso, y a su vez algunos hay que cuidar o facilitar su hábitat, pues son beneficiosos para las personas, para la convivencia natural.

Estas cajitas que para muchos zaragozanos son unas grandes desconocidas, sirven para que ciertos animales, aves y/o murciélagos, puedan viven en su interior, sobre todo en algunos casos de frío intenso o para hacer cría. 

Vemos tres bloques distintos diseñados para tres tipos de habitantes diferentes. Dos cajitas distintas en su diseño para diferentes tipos de aves, y otros habitáculos oscuros para murciélagos. 

Comedores de insectos, limpiadores de la zona, para que los paseos por el parque a las orillas del Ebro sean más placenteros.