Nueva biblioteca en la ciudad china de Tianjin


Siempre pensé que tras visitas la biblioteca de Birmingham era complicado imaginarme otra mejor. Encontré una muy hermosa y fea, todo en el mismo conjunto, en Madrid, la biblioteca Escuelas Pías en el barrio de Lavapiés. Pero ahora descubro que en China han rizado el rizo, han adelantado a Birmingham y han creado una biblioteca en la ciudad de Tianjin y en el nuevo barrio de Binhai..

La biblioteca es como una esfera, en cuyo centro hay un auditorio. Toda la esfera es aprovechada para posicionar estanterías de libros y para crear tanto escaleras como zonas para sentarse. El resultado final es un espacio en el que estás rodeado de libros y el lector en medio de ellos y con luz natural si es la hora de ello.

La futurista biblioteca es ya una atracción turística. En la primera semana de apertura recibió 10.000 visitantes al día, llegando a los 18.000 diarios en fin de semana. Y será además un centro cultural que revitalizará toda la zona.

Tiene un total de 33.700 metros cuadrados, 5 plantas y dicen que contendrá más de un millón de libros, para consulta y préstamo. Además tendrá cuando ya funcione a pleno rendimiento varias salas de lectura, instalaciones educativas, oficinas y salas de reuniones. ¿Es una biblioteca o un edificio hermoso con libros?


El boulevard Ney en París, una zona común en Europa

Cuando viajas por Europa o por los países ricos, sigues viendo barrios de pobreza, chabolas, errores urbanos, indigenes tirados en las calles. Yo los he visto este año en Berlín, en Bruselas, en New York o en Milán, sin olvidarme de Madrid. Parece una constante que nos arropa como sociedad, incapaces de saber resolverlo.

Son submundos que a veces se ven y muchas veces no, pues ellos mismos procuran taparse, esconderse, para que les dejen en paz. Hoy veo en El País que en París sucede lo mismo, y es lo normal que así sea, forma parte desgraciadamente de nuestra forma de vida.

En el poblado de chabolas del boulevard Ney en París, una bidonville (literalmente ciudad de bidones) viven familias de rumanos, como sucede en Etiopía con las personas que viven dentro de contenedores de basura, metálicos, donde ni se mojan cuando llueve ni pasan tanto frío como durmiendo entre cartones. Nadie osa emplearlos para meter basura dentro de ellos. Son viviendas en la calzada de las calles.

Estos barrios escondidos de las grandes ciudades siempre tienen el mismo aspecto. Muy sucios, llenos de basuras amontonadas, escondidos y en formas de líneas donde a los dos lados se van amontonando plásticos y ladrillos, uralitas o maderas. El caos en las zonas comunes es atroz, pero no así en sus interiores donde cada persona o familia y según su propia personalidad, van conservando una limpieza mínima, dentro de sus posibilidades.

Son nómadas, les da igual si se les echa de la ciudad. Se van a otra. O a otro barrio. Pasan el problema a otra zona y tal vez sea peor, pues hay que volver a controlarlos, algo nada sencillo, pues entre los desposeídos de la tierra se meten delincuentes y asquerosos violentos.

Dice El País que en París hay ahora 571 barrios de estas características, y que en este viven en la actualidad una 300 personas. Los datos son brutales. Unas 16.000 personas viviendo en París en estas condiciones. ¿Y en Berlín, Madrid o Bruselas? De ellos más del 30% son menores sin escolarizar en casi todos los casos.

La solución no es sencilla, por mucho que algunas personas piensen que sí, y que ellos lo saben resolver en 24 horas. Eso demuestra que nunca se han acercado al problema. ¿Quieres que resuelvan el problema en Barcelona para que venga a Zaragoza? Por cierto, no suelen ser familias aisladas, sino grupos familiares los que habitan estas zonas, donde el efecto llamada es constante. Pero no efecto llamada por lo bien que se encuentran, como dicen algunos mal informados. Efecto llamada por la seguridad que les representa el que se conozcan y se controle el acceso a estas zonas. Entre ellos también saben defenderse de los indeseables.

Parque de New York, para copiar y aprender

Estas imágenes son de un parque de una gran ciudad. Lo de menos sería de cúal. Un parque que cruza media ciudad, utilizando las vías de tren ya inutilizado, y donde se ha edificado con poca inversión relativa, un parque para el sosiego dentro de una ciudad diabólica, llena de tráfico y ruidos. Se ha edificado un concepto de isla alargada, un oasis que esconde la realidad urbana, que arropa a los ciudadanos entre arbustos altos y árboles dejados crecer de forma “casi” natural, con el añadido de elementos y mobiliario urbano de lo más distinto a lo que podemos ver en otro tipo de parques.

Zonas para caminar descalzo sobre espacios planos en el suelo donde discurre el agua corriente. Espacios para estar tumbados sobre largos bancos de cemento y madera. Recogidos espacios encerrados entre arbustos para tomar el sol en traje de baño dentro del centro de la ciudada pero alejados de las miradas de los transeuntes. Espacios para máquinas de refrescos junto a zonas de venta de arte amateur. Pequeños anfiteatros para representaciones no programadas. Muchas obras de arte efímero o no y profundamente repartidas por todo el recorrido. Zonas de mirador para ver el entorno en contraste con el parque. Puntos de conexión libre a internet. Espacios para el descanso.

Más de 2 kilómetros de parque nuevo en el centro de una gran ciudad con otros parques. ¿Alguien quiere copiar?



Edificios prefabricados modulares, para viviendas o industrias

Crece en España y mucho la utilización de casas modulares prefabricadas que aunque comenzó como una forma de resolver casas de obra, y como algunas segundas viviendas, hoy está paliando los efectos de la grave crisis económica que ha sufrido España y el encarecimiento del precio de la vivienda, unido a la falta de mano de obra que se desplace a precios normales hasta ciertas zonas rurales a construir viviendas o naves industriales.

Este tipo de construcción alternativa permite ahorrar costes y tiempo de fabricación. Y sobre todo en edificación industrial se ha triplicado desde el 2014, especialmente en el norte y en el interior de España. Pero este crecimiento sigue siendo mucho menor que en otros países como EEUU, donde el 33% de las viviendas son prefabricadas.

Las nuevas construcciones logran además unos grandes ahorros en energía comparadas con las anteriores, haciendo que sean más interesantes de instalar en zonas frías pues suponen un ahorro de un 20% en energía para la calefacción, al montarse con estudios de la zona y materiales especiales para lograr estos ahorros.

Las empresas de fabricación las montan en sus fábricas, a veces de forma modular para terminar de instalarlas en el lugar final. Ya no todas son de madera, pues se construyen también con materiales como el hormigón, el plástico PVC, aluminio, acero y madera, mezclando estos materiales según diseño y necesidades de cada zona de la obra final.

La flexibilidad en el diseño es casi total, y ese es uno de los atractivos mayores de estas fabricaciones, pues permiten adaptarse al terreno y a las necesidades y gustos del cliente comprador. Y si a eso le añadimos que su durabilidad en el tiempo, a veces con muy poco mantenimiento, ha aumentado mucho con los nuevos materiales y tratamientos, nos encontramos con unas posibilidades de futuro, muy amplias.


La ciudad del futuro, que hay que edificar en el presente

Todos queremos que nuestras ciudades sean esos lugares perfectos para vivir, pero admitimos que los crecimientos desmedidos de las últimas décadas juegan en contra de lo que pensábamos que iban a convertirse las ciudades. Hay que volver al diseño humano y amable en las ciudades vivas que puedan hacer cambios.

Pero no todo es negativo en los cambios de las ciudades, hay esperanza de revertir los problemas y convertirlos en transformaciones urbanas positivas. 

Veamos algunas pinceladas en bruto de los problemas y soluciones que tenemos encima de las ciudades en estos años de cambios y crecimientos.

Sin duda las ciudades deben ser lugares sostenibles, sanos, sin contaminación, donde vivir no represente un problema añadido. Y para ello debemos trabajar en algunas acciones que tal vez no admitamos con facilidad.

Una de ellas es la reducción clara y contundente de la contaminación por empresas dentro de las ciudades y por el uso excesivo de vehículos contaminantes dentro de nuestras calles. 

Los vehículos públicos deben ser eléctricos, los privados deben utilizarse menos y los privados de transporte y carga deben tender a ser mixtos o eléctricos.

El ruido es contaminación, es pérdida de calidad de vida. Y es un ataque a nuestra salud. Hay que controlarlo y bajar su intensidad. 

En la misma medida en que dentro de unos años seremos capaces de modificar aunque sea levemente las temperaturas extremas de las ciudades y su humedad inadecuada. Hoy esto nos parece imposible (y lo es) pero se trabaja sobre microclimas y el efecto que todas las piezas de la ciudad tienen sobre el clima de su interior.

Las viviendas son el elemento clave de las ciudades. Por eso es fundamental que todos estos cambios entren precisamente primero en las viviendas. Mejor aislamiento, más control y eficacia en las temperaturas y humedades interiores, pero todo de forma mucho más sostenible para la comunidad. 


Una ciudad es sobre todo una sociedad. 
Una ciudad son personas.


Por eso lo fundamental en toda ciudad, tenga el tamaño que tenga, es volver a sistemas de seguridad pasiva ente todo tipo de problemas, sean de salud, de trabajo, económicos o de seguridad ante ataques externos. 

Las ciudades deben organizar sistemas de seguridad que abarque mucho más que la delincuencia. El ciudadano debe sentir que la ciudad le arropa, como en las tribus ancestrales sabía que el conjunto de vecinos le iba a arropar cuando lo necesitara.

La movilidad es cada vez más necesaria al ser las ciudades cada vez más grandes. Para ello es imprescindible diseñar sistemas de movilidad que sean sostenibles en cuanto a contaminación y precio. La movilidad urbana es un derecho, y como tal debe ser facilitado de forma pública, a costa de impuestos a otras actividades humanas. 


Una ciudad debe tener elementos naturales dentro de su diseño. Cada vez es más necesario disponer de grandes zonas verdes para el descanso y el cambio emocional. Pero cada vez es más habitual en las grandes ciudades, dentro de los barrios, pequeñas islas naturales para el reposo (muy normal en ciudades del centro de Europa).

No son los clásicos parques de barrio, sino diseños en relieve de escenarios (casi) naturales. No son parques planos, sino construcciones para engañarnos de que la naturaleza la tenemos dentro de nuestras calles. Y donde se deja que la naturaleza haga su trabajo de crecimiento desordenado. 

Son zonas pequeñas de no más de 500 metros cuadrados, a veces cerradas a ciertas horas, donde se logra la sensación de estar en "otro mundo", de haber llevado el campo al centro del barrio.

La conexión entre (y dentro de) ciudades es fundamental. No es posible en el siglo XXI pensar en ciudades donde no sea sencillo comunicarse con el exterior de forma rápida y con todo tipo de herramientas presentes y futuras. La comunicación virtual es el elemento que todavía hoy no valoramos en su justa medida. Hay que poder viajar con facilidad, de forma presencial o de forma virtual para multiplicar la información y el conocimiento.

Las ciudades deben ser lugar de cultura, de ocio, de conocimiento compartido, de intercambio de sensaciones


Hay que diseñar las ciudades pensando en su rentabilidad humana. Es cierto que además deben ser sostenibles y rentables a la hora de construirse. Pero el elemento de calidad lo ofrece el que sean ciudades humanamente diseñadas. 

Ciudades bonitas, agradables, con luz y silenciosas, verdes y limpias, seguras y amables, fáciles y con todos los servicios a la distancia mínima para poder ir caminando hasta ellos. 

Ciudades que sepan integrarse en su entorno, que transmitan calma y paz, que tengan en su interior muchas pequeñas islas de relaciones entre personas, de entender la ciudad del siglo XXI como una continuación de las organizaciones rurales donde el sol era una parte imprescindible de la vida.

NOTA.: Un arquitecto amigo, Guillermo Corral, especialista en proyecto urbano y paisaje, ha leído el texto anterior y me ha remitido unos pequeños comentarios que ceo muy interesantes añadir.





Las 40 ciudades más antiguas del mundo

Dejo un pequeño listado con las 40 (41) ciudades más antiguas del mundo, ciudades o pequeñas localidades que han logrado sobrevivir e incluso crecer en muchos casos, durante más de 10.000 años. Auténticas supervivientes, que nos muestran que el concepto "ciudad" es un elemento muy seguro ante la historia, para mantenerse en el tiempo.

Mitilene, Grecia, 1.000 a.C.
Huelva, España, 1.000 a.C.
Gaza, Palestina, 1.000 a.C.
Pekín, China. 1.000 a.C.
Patras, Grecia, 1.100 a.C.
Xi’an, China, 1.100 a.C.
Cádiz, España 1.100 a.C.
Lisboa, Portugal, 1.200 a.C.
Calcis, Grecia, 1.200 a.C.
Lárnaca, Chipre, 1.200 a.C.
Hebrón, Palestina, 1.500 a.C.
La Canea, Grecia, 1,700 a.C.
Chania, Creta, 1.700 a.C.
Bal ó Bactria ó Balj, Afganistán, 1.880 a.C.
Varanasi ó Benarés, India, 1.800 a.C.
Luoyang, China 1.900 a.C.
Kutaisi, Georgia, 2.000 a.C.
Jaffa, Israel, 2.000 a.C.
KirKuk, Irak, 2.200 a.C.
Erbil, Irak, 2.300 a.C.
Homs, Siria, 2.300 a.C.
Jenin, Palestina, 2.450 a.C.
Rayy ó Rey, Irán, 3.000 a.C.
Beirut, Líbano, 3.000 a.C.
Jerusalén, Israel, 3.000 a.C.
Luxor, Egipto, 3.200 a.C.
Gaziantep, Turquía, 3.650 a.C.
Sidón, Líbano, 4.000 a.C.
Atenas, Grecia, 4.000 a.C.
Faiyum ó El Fayún, Egipto, 4.000 a.C.
Tyro ó Tiro, Líbano, 4.000 a.C.
Plovdiv, Bulgaria, 4.000 a.C.
Tebas, Grecia, 4.100 a.C.
Susa ó Shush, Irán, 4.300 a.C.
Alepo, Siria, 4.300 a.C.
Damasco, Siria, 4.300 a.C.
Al Jubail, Arabia Saudí, 5.000 a.C.
Argos, Grecia, 5.000 a.C.
Byblos, Líbano 5.000 a.C
Catalhöyük, Turquía, 7.500 a.C.
Jericó, Palestina, 10.000 a.C.



El Central Park de New York es "el" parque a copiar

Un parque o “el” parque. No sé. Algunos detalles le sitúan sin duda en el mejor parque posible. El parque que todas las ciudades querrían tener. Munich o Madrid lo tiene, Londres también. Céntrico, grande, variado, en relieve, con agua, peatonal, para el deporte o la relajación, para pasear, amplio, verde, con animales, natural, cambiante.

La turistificación matará al turismo útil para las ciudades

Es muy peligroso que la turistificación está logrando vaciar los centros de las grandes ciudades, convirtiéndolas en parques de atracciones históricos, culturales o de ocio. Ya se habla de que en el centro de Madrid hay hasta un 70% de la población con riesgo de expulsión de sus barrios de siempre, por los diversos cambios en el comercio y el urbanismo, que supone la llegada masiva de turistas sobre todo a los alquileres turísticos.

El problema es de mala planificación, o de nula planificación sobre una actividad económica importante como el turismo, donde hemos llegado a pensar que todo vale. O incluso una planificación manipulada para favorecer beneficios inmobiliarios.

En las grandes ciudades atractivas al turismo por diversos motivos, se han ido construido enormes masas hoteleras mal planificadas. Me daría igual hablar de Barcelona o de Venecia, de cualquier ciudad europea con atractivo turístico. 

Estos hoteles de gran calidad se han ido construyendo en las afueras de las grandes ciudades, rodeándolas, cerca de aeropuertos o vías de entrada. Nunca en el centro de las grandes ciudades o en el caso de hacerlo así, con precios prohibitivos en sus alojamientos.

Este error ha propiciado que el turismo que quiere alojarse en el centro de las ciudades, el turismo individual y no el grupal, busque soluciones a través de apartamentos o habitaciones no siempre legales. Es más útil estar alojado en una habitación mala en el centro de una gran ciudad que en una buena habitación pero a varios kilómetros del centro. Y esto no se ha tenido en cuenta a la hora de planificar el crecimiento turístico.

Si en un edificio de alquileres les resulta mucho más rentable a los dueños de las viviendas alquilar por días, lo harán mientras no se legisle duramente. Y eso supone dificultades de convivencia al resto de vecinos, por ruidos, mal uso, descontrol de horarios, etc.
Si a eso le sumamos que el comercio de proximidad en estas zonas se convierte en comercio dedicado al turismo, nos encontramos con otro problema. Un turista no necesita carnicerías o verdulerías, tampoco tiendas de ropa o de calzado. Y esas pescaderías se convierten en tiendas de bocadillos, de sombreros mexicanos, de bares de tapas franquiciados o de locales con estampitas con santos y paisajes. Y los vecinos huyen.

¿Solución? Hacer hoteles baratos en los centros urbanos, controlar los alquileres ilegales, planificar los crecimientos y descrecimientos, revisar los permisos de actividades económicas por saturación en los barrios con problemas de turistificación.

Bjarke Ingels está de moda, lo cual es negativo

El arquitecto danés Bjarke Ingels está de moda, y siendo esto muy peligroso, sabe conciliar sus ideas y proyectos con el espíritu que le llevó a ser arquitecto y a creer que podría cambiar las ciudades, cambiando los edificios y sus usos.

Es un destacado exponente de la figura de arquitecto estrella contemporáneo, pero sabedor que eso no es ni tan siquiera bueno para lograr los objetivos de sus ideas. 

Veamos tres preguntas que se le han realizado en Pamplona, junto a una imagen del edificio “La Pirámide” de New York” realizado por Bjarke Ingels.

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¿Qué ocurrirá con las ciudades si las compañías poderosas no apuestan por ellas?
Entre los sesenta y los ochenta, muchos centros urbanos sufrieron el ­abandono de los ciudadanos: queríamos una casa con jardín. En las últimas décadas, los centros han vuelto a llenarse de gente. Resultado: alquileres impagables. Es casi imposible vivir en el centro de Londres o Copenhague. Eso hace que la idea de ciudad deba redefinirse.

¿Qué hace a una ciudad ser lo que es?
Los ciudadanos. Fíjese cómo determinados grupos de artistas se trasladan a vivir hacia barrios más económicos y esa concentración genera urbanidad. Cuando la gente llega a un lugar y se instala en él, dicha zona mejora, se desarrolla. El proceso de gentrificación se describe siempre como negativo, pero es también el motor para la redefinición de lo urbano.

¿Por qué debe reinventarse la arquitectura?
Necesitamos alternativas a la vivienda con jardín y al apartamento en la ciudad. Y nacerán de mezclar. Le Corbusier ya lo probó dedicando una de las plantas al comercio en edificios de apartamentos. La diversidad crea la posibilidad de la diferencia. Hay que aceptar lo distinto.

La posible ciudad del futuro, curiosamente muy clásica

Un joven estudiante de Bellas Artes hizo esta semana un dibujo de su ciudad teórica, no tanto por ser la ciudad que le gustaría que fuera, como por ser la ciudad que cree será la que prevalecerá. 

La ciudad medieval, la clásica, la que envuelve a la iglesia para no ser atacada, o para servir de refugio. Muchas torres, campañas y en medio la gran Casa del Señor de la ciudad, la más alta, la que puede vigilar, la que se puede escapar de los ataques. El castillo que siempre impresiona al enemigo.

Creo que hemos avanzado muy poco. Eso sí, parece una ciudad sin coches, al menos en eso también hemos vuelto a la Edad Media para tranquilidad de los caballos, que volverían a recuperar sus trabajos.

Lo que no me dijo es si en esos edificios similares a las iglesias, vivirían curas o seglares. Tapiceros o fabricantes de ángeles y sueños.

El principal problema de las ciudades actuales

El más grave problema de las ciudades es la tremenda diferencia social entre sus habitantes, el abismo que separa a las personas, que además va en aumento y al que todos los habitantes se acostumbran a ver como normal e inevitable. El crecimiento del tamaño urbano lleva consigo un crecimiento de las diferencias sociales.

Las ciudades o asentamientos se crearon hace millones de años como método humano de ayuda social. Era más seguro en todos los aspectos vivir en un asentamiento de varias familias que hacerlo en solitario. Más seguro contra la violencia del exterior fuera humana o de la naturaleza, más seguro contra la enfermedad y la pobreza, más seguro para crecer las familias y dotar a cada miembro de un trabajo y unas posibilidades de utilidad en la sociedad.

Pero eso en las últimas décadas se ha ido modificando gravemente ese concepto scial de la propia sociedad urbana, separando o ampliando las distancias entre los diferentes miembros de una misma comunidad. Hoy los pobres son cada vez más olvidados, y los ricos se distancias de las propias ciudades para formar sus núcleos cerrados de seguridad propia en todos los aspectos.

Volvemos a conceptos sociales de la Edad Media, con grandes familias que vivían en Castillos (hoy en urbanizaciones cerradas) y que tenían seguridad propia y curanderos particulares, que mandaban al comercio a sus criados y que dominaban los Gobiernos legales, religiosos o militares.

Parecemos incapaces de sacarle lógico partido al concepto social de la ciudad, no tanto por permitir que haya “castillos cerrados” dentro de ella, como por no dotar de calidad a la vida urbana y social del resto de habitantes. Las ciudades no deberían consentir pobres de futuro, y nunca actuar sólo sobre la supervivencia de estos. Las ciudades deberían ser unidades de actuación para igualar por arriba las posibilidades.

Pero curiosamente los gobiernos centrales nunca dejan al gobierno de las ciudades, es decir, al municipalista, que tengan capacidad de legislar para ampliar la calidad de vida de sus vecinos. Si acaso crear jardines o limpiar calles y enterrar a sus muertos. Poco más.

Ciudades y barrios inteligentes ¿qué son?

Las ciudades de tamaño medio y grande y sobre todo por su crecimiento poco controlado, están valorando la construcción para el futuro de zonas y edificios inteligentes hasta convertir la nueva ciudad y sus barrios en espacios más sostenibles, no solo para dotar de más calidad a las viviendas, sino para hacer más soportable por todos su inevitable crecimiento. Además de dotar a las viviendas y edificios de más tecnologías como soluciones a necesidades, se trata de diseñar todo el conjunto para que su consumo sea menor y por ello además de más barato, más sostenible en ciudades que por su crecimiento resultan muy complicado mantener. Veamos algunas de estas posibles medidas.


Se calcula que en la actualidad las ciudades consumen más del 75% de la producción de energía mundial y generan el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y estos números van en crecimiento imparable.


Mejorar radicalmente la gestión de los residuos de las viviendas, del propio gasto del edificio y de sus zonas envolventes.

Modificar los sistemas de iluminación pública, de riego, de microclima incluso

Optimizar espacios comunitarios, sin que sean fijos en su diseño y que puedan cambiar varias veces al año según necesidades de los vecinos y de la fecha

Compartir servicios, bienes, tiempos, necesidades y posibilidades, entre los vecinos de los edificios pensando en economías colaborativas

Crear sistemas de atención sanitaria de primera ayuda, más optimizados y baratos, sin perder servicio y eficacia personal, controlando de forma telemática las enfermedades crónicas y los servicios de primera ayuda y su desviación hacia las diversas opciones públicas

Ampliar la calidad de vida de estas zonas, con mejor medio ambiente, más zonas comunes, espacios verdes, menos ruido, más seguridad, mejor comunicación de todo tipo con el resto de zonas de la ciudad, mejor acceso al comercio y servicios de proximidad

Mejora de los servicios públicos de transporte, con nuevos diseños de redes ciudadanas y del tipo de energía a utilizar

Viviendas más conectadas a los servicios públicos, desde seguridad a comercio, desde sanidad a oficinas de administración pública, desde estructuras laborales nuevas de auto trabajo a sistemas educativos y de ocio añadidos.

Control informático de todos los sistemas comunitarios de los edificios. Desde el número de usos del ascensor, al control electrónico del correo y publicidad, la seguridad pasiva o el control de la limpieza, el mantenimiento del edificio o las opciones para convertir las viviendas y los edificios en más verdes.

Intranet en el propio edificio, en el barrio y/o en la ciudad, para estar informados todos de todo. Con la consiguiente pérdida de libertad individual pasiva que esto representa.

Sistemas de control y facturación de los servicios comunitarios según el número de usos

Construcción de edificios y barrios, con materiales eficientes según la ubicación geográfica de la zona, de sus temperaturas, aires, humedades, horas de sol, etc.





Construir una nueva ciudad. Campo de Refugiados de Za’atari en Jordania

Marta Fernández Cortés ha elaborado un gran trabajo sobre la forma en la que se puede construir una ciudad desde la nada, tomando como ejemplo el campo de refugiados de Za’atari en Jordania, donde se han tenido que refugiar ciudadanos de siria que huyeron de la guerra en su país. Poco a poco este asentamiento se fué llenado de personas sin ningún servicio hasta llegar a un asentamiento actual de unas 80.000 personas y donde poco a poco se fue construyendo todo lo necesario para ser considerada una ciudad con sus servicios más básicos.


Este campo se implantó en un antiguo recinto militar en medio del desierto. Entre los años 2012 y 2013 un gran número de refugiados llegaron al campo, que alcanzó la cifra récord de 200.000 habitantes. Actualmente la población se ha estabilizado en unas 80.000 personas, y aunque siguen llegando nuevos refugiados, muchos otros se marchan en busca de mejores condiciones de vida.


En este proyecto Marta Fernández pretende aportar ideas y soluciones urbanas para mejorar los déficits de infraestructuras, y que a la vez aumenten la resiliencia de una (ya casi) ciudad, en constante transformación. Para ello, ella se plantea cuál es la infraestructura mínima necesaria para dar lugar a un asentamiento flexible y a las vez, sostenible, al nacimiento de una nueva ciudad en un lugar inhóspito pero lleno de personas vacías de futuro.

Central Park de New York, de noche

Esta imagen es Central Park de noche, el mítico parque de New York, en este septiembre de 2017. Hablaré en otro momento de ciertos detalles que me han llamado la atención en la media docena de visitas que le he realizado pero de momento quiero comentaros un detalle que sí me resultó curioso esta semana.

Ya casi era de noche, había llovido, y seguían paseando personas con sus perros o realizando deporte en el parque, ajenos a ese concepto de peligro que a veces tenemos en mente muchos de nosotros. El Central park de New York no es peligroso aunque esa misma semana se hubiera atacado a una joven en su interior. O al menos así lo perciben los neoyorquinos que no dejan de correr a todas las horas en que está abierto, practicando deporte casi con ansias.

Además de los llamadores de peligro que existen en diversos lugares, hay patrullas de policía en coches normales o pequeños, patrullando por su interior. Y el hecho de que esté encerrado en vallas y verjas que se pueden cerrar por las noches, también ayuda a que antes de atacar quien se le crucen los cables, sepa que se le puede atrapar con más facilidad que en un recinto abierto.

Sin duda hay lugares muy sombríos y calles mucho más utilizadas, y los deportistas neoyorkinos disfrutan de su parque en aquellos lugares más seguros. Pero debemos perder el miedo sobre aquellos conceptos que nos restan inútilmente libertad.

Edificio Ágora de Bogotá. Buscando el futuro

Os dejo una imagen del edificio Ágora de Bogotá en Colombia del arquitecto español Juan Herreros, como ejemplo de lo que están construyendo las ciudades que deseas caminar en búsqueda de un futuro diferente. Un lugar algo alejado del centro de la ciudad (por falta de espacio libre del tamaño que se necesita, en el centro urbano) en donde se edifica un complejo que intenta agrupar todos los “nuevos” servicios que se necesitan para atraer valor añadido a las ciudades.

En un entorno amplio, agradable y relajado, se construyen nuevos edificios con hoteles de alta calidad, salones feriales y de convenciones, museos, actividades culturales, centros de gastronomía de la zona e internacional, centros comerciales integrados, lugares de ocio y relajación, y sobre todo muy buenas comunicaciones para salir y entrar del nuevo núcleo de servicios, para moverse hacia el centro de la ciudad y para ir a los aeropuertos o estaciones de transporte.

Lo ideal es que estos nuevos complejos se pudieran integrar en las ciudades, dentro de ellas y a ser posible aprovechando zonas degradadas de las mismas, con lo que se conseguiría en la inversión lograr el doble objetivo de crear unos nuevos servicios de alta calidad y regenerar el tejido social. Admitiendo que eso supondría un encarecimiento de la zona y un desplazamiento lento de su actual población.

Todas las ciudades deben estar constantemente adaptándose a sus necesidades futuras, proyectando actuaciones que busquen ampliar el valor añadido de sus propios servicios, pero siempre aprovechando al máximo lo que se puede hacer con lo que ya se tiene. El futuro parece ser de los servicios hacia las personas, de la innovación en el comercio diferente, de las atenciones globales hacia el ocio, de la movilidad sostenible y tranquila. De la promoción de la ciudad y sus economías dentro de mercados globales y excesivamente amplios.