Un sábado a las 9 de la mañana de un agosto caluroso. Un parque de barrio a las orillas de Ebro. Y podemos comprobar como el uso del ciudadano, es el que da valor a la actuación urbanística. A esa hora las calles de la ciudad están casi vacías. Hay más gente paseando por el parque, andando solo o en compañía, que por las calles asfaltadas. Este es el sentido de los parques, de las vías verdes, y lo que obliga a los ayuntamientos a tenerlos cuidados y en calidad.
Suelo blando, de tierra compactada, diseño zigzagueante para darle imagen de espacio más natural, dando libertad controlada a las especies vegetales para que ayuden en ese trampantojo de que están paseando o corriendo en un lugar natural y no artificial.
Parque ideal para pasear, hacer deporte, o relajarte. Parque con sombra para todas las horas del día. Parque con sentido de uso.