Puerto Venecia en Zaragoza es el ejemplo más cercano que tenemos de un gran parque privado del siglo XXI, pero ni es el único en España, ni tampoco su concepto de espacio abierto y enorme es un concepto nuevo. En la ciudad de Birmingham y en el centro de la ciudad, hay un espacio muy similar en diseño y tamaño, más cerrado por el clima, pero con los mismos conceptos de zonas abiertas, calles, paseos, mezcla de edificios de variado tipo, para que no aparezca como un mazacote de Centro Comercial, y se puede parecer a un gran Parque Comercial, lúdico y completo para los que buscan diversión además de consumir.
Todos ellos están diseñados con los mismos conceptos, aunque sin duda el problema de espacio hace que en muchos casos sólo sea posible su construcción en los barrios periféricos o de nueva construcción. Mezcla de zonas verdes y edificios comerciales variados. Calles en diversas alturas para ganar espacio y entretenimiento. Sensación de enormidad lúdica. Música ambiente diferenciada. Juegos para niños y adultos. Zonas de descanso. Restaurantes, bares temáticos, aperturas muy extensas para mezclar el comercio con la gastronomía y las zonas de bares y bailes. Incluso cambios de uso en parte de sus instalaciones según las fechas festivas o de clima, para dar la sensación de que siempre hay algo nuevo que ver y disfrutar.
Comprar ya no es comprar, es consumir. Incluso creando zonas para que las personas que no quieran entrar en tiendas —algunos componentes de parejas— puedan quedarse fuera (o dentro) de la tienda tomando un café, o leyendo los periódicos y revistas que ponen gratuitamente desde el mismo Centro Comercial o simplemente tumbados en sillones cómodos escuchando música.
Este concepto de gran Parque Comercial, el día que se aprenda a construir en los centros de las grandes ciudades —se está intentado, lo sé— dejará pequeños a estos otros ya alejados de la ciudad. Y en este concepto de Parque Comercial abierto, pero también para el comercio local, es donde está el futuro de este juego lúdico por entretenernos mientras nos gastamos el dinero.
Se acabaron ya los enormes hipermercados planos, como si fueran almacenes aburridos y con pasillos rectos. Ahora se necesita diseñar calles entretenidas dentro de los espacios comerciales, y dotarlos de la comodidad de que se vaya a pasear. Quien acude a pasear actúa en la doble vertiente de llenar la calle comercial y de consumir, a veces sin darse cuenta.