En los parques en relieve, los que se han construido sobre pequeños montículos dentro de las ciudades, aprovechando relieves naturales para darles forma, si además como es lógico, los caminos son de tierra compactada, surge un problema que se repite en todos ellos. Cuando llueve se forman grandes zonas de charcos que tardan muchos días en desaparecer, al recogerse el agua en las zonas con menos pendiente de los caminos. En la imagen de arriba vemos el hueco de erosión formado por el agua, que no pasa a la siguiente pendiente.
Estas imágenes están tomadas en el Parque del Oeste de Madrid. Esta de arriba engaña pues da la sensación de que la pendiente viene hacia nosotros, cuando en realidad es al reves y además con unos grados mayores a otros y por eso los adoquines están ligeramente más elevados que en otras zonas, al tener que recoger más agua.
Casi todos los caminos tienen una pendiente suave que da problema incluso a veces al regar. Pero han creado estas pequeñas defensas que cortan los caminos con adoquines, levantando levemente y en forma de escalón el terreno, formando una especie de diminuta presa, que lleva el agua hacia los lados del camino sin que siga discurriendo por el camino, sumándose a más y más agua, hasta encontrar una zona plana donde formaría grandes charcos.
Es una solución muy sencilla, eficaz incluso en pendientes un poco más elevadas, pues sirve para distribuir el agua, controlandola hacia los lados del césped. Pequeñas ideas para interesantes soluciones que logran unos parques más limpios y transitables.